Después de preguntar durante meses a familiares, amigos, familiares de amigos y amigos de familiares, tuvimos la enorme suerte de conseguir un lugar muy especial donde celebrar nuestra boda. En mitad de un campo precioso íbamos a compartir con nuestros familiares y con nuestros mejores amigos, el mejor día de nuestra vida. El día en que nos comprometeríamos Sergio y yo a caminar juntos el resto de nuestra vida. Un día para la memoria.